18. El tutor ideal
¿En qué ayuda la inteligencia emocional? ¿Por qué debemos incorporarla en las aulas? Pues bien, en primer lugar afectaría a la toma de decisiones. La inteligencia emocional es crucial si queremos conseguir que los alumnos se conozcan a sí mismos y sepan qué quieren y qué no. Todo esto es muy importante si tenemos en cuenta que la incertidumbre, en muchos casos, puede generar ansiedad y frustración, algo que puede dar lugar a conflictos intrapersonales e interpersonales.
Que contemos con cierta educación emocional no nos afecta individualmente, también nos sirve a la hora de entender las emociones de los demás (aprendiendo que no todos vamos a actuar ni nos vamos a sentir igual ante un mismo estímulo). El conocimiento y la aceptación de las emociones de los demás ayudará a la hora de establecer relaciones con otras personas, desarrollaremos la empatía y crearemos vínculos más sanos basados en el diálogo y la mutua comprensión. ¿Cómo puede ayudar esto en el ámbito escolar? Las relaciones entre los propios alumnos y entre alumnos y profesores serán más sanas y existirá una mayor comprensión entre los miembros de la comunidad educativa. Además, personas pertenecientes a otras áreas geográficas o con unas características culturales diferentes, tendrían menos problemas a la hora de relacionarse con el resto. Estos no son los únicos puntos a favor, también se verían beneficiadas las personas con necesidades especiales, pues sería más fácil que se estableciera una relación e integración real en el grupo.
Debemos saber también que intentar sentir unas emociones concretas (consideradas emociones positivas) y tratar eliminar otras que son consideradas negativas (como el enfado o la tristeza) puede generarnos cierta frustración. En esto también interviene la educación emocional. Esta frustración puede desembocar en un mal comportamiento de los alumnos en clase o también en un estado de mal humor por parte de los educadores.
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